San Millan (en euskera Donemiliaga y oficialmente San Millán/Donemiliaga) es un municipio español de la provincia de Álava, en la comunidad autónoma del País Vasco.

San Millán / Donemiliaga

Entre los paisajes verdes de la Llanada Alavesa se encuentra San Millán, conocido en euskera como Donemiliaga, un municipio que conserva el encanto rural de Álava y que invita a descubrirlo sin prisas. Sus 15 aldeas, dispersas entre valles y sierras, ofrecen un viaje en el tiempo que mezcla naturaleza, historia y tradiciones.

El nombre y su origen

El municipio toma su nombre de la iglesia de San Millán, situada en Ordoñana, uno de sus pueblos más representativos. Allí se reunían antiguamente las Juntas de la Hermandad de Eguilaz, origen del actual ayuntamiento. Con el paso de los siglos, aquella organización vecinal acabó dando forma a lo que hoy conocemos como San Millán.

La denominación en euskera, Donemiliaga, tiene un sentido muy similar: significa “lugar de San Millán”. En 1996 se adoptó oficialmente el nombre bilingüe San Millán/Donemiliaga, reflejando la doble identidad cultural de la zona.

Un paisaje de sierras y llanos

La geografía de San Millán sorprende por la variedad de paisajes en un mismo municipio. Por un lado, las montañas de la sierra de Urkilla, donde se levantan cumbres que superan los 1200 metros, ideales para el senderismo. Al sur, la sierra de Encía guarda rincones como las fuentes del río Zadorra, rodeadas de bosques y praderas.

En contraste, en el centro se abre la Llanada Alavesa, un extenso valle agrícola donde se sitúa Ordoñana, la capital municipal. La autovía A-1 cruza el territorio, lo que hace que llegar hasta aquí sea rápido y cómodo para quienes vienen desde Vitoria o desde el norte.

La historia de la hermandad

El origen de San Millán está muy ligado a la Hermandad de Eguilaz, una de las antiguas hermandades alavesas que se formaron en la Edad Media para protegerse de los conflictos entre bandos. Estaba compuesta por doce aldeas, repartidas entre “los de arriba” y “los de abajo”. Con el tiempo, más pueblos fueron sumándose hasta formar la actual composición del municipio.

La iglesia de San Millán en Ordoñana fue durante siglos el punto de reunión de las Juntas, lo que explica que este santo riojano diera nombre a todo el territorio. Posteriormente, en el siglo XIX, las reformas municipales transformaron aquella hermandad en el municipio que conocemos hoy.

Un mundo rural en evolución

San Millán ha sido siempre un municipio agrícola y ganadero. Los campos de cereal, patata y forraje marcan el paisaje, junto a las explotaciones de ganado que todavía hoy sostienen buena parte de la economía local. La mitad de la población activa vive del sector primario, aunque muchos vecinos trabajan también en los polígonos industriales de los municipios cercanos.

Como en tantas zonas rurales, San Millán vivió un fuerte despoblamiento en el siglo XX. De los más de 2.000 habitantes que llegó a tener en 1920, hoy mantiene en torno a 700. Aun así, sus aldeas siguen vivas y repartidas de manera bastante equilibrada, con San Román y Narvaja entre las más pobladas.

Patrimonio y lugares de interés

El municipio guarda tesoros poco conocidos pero muy valiosos. El más destacado es el dolmen de Aizkomendi, junto a Eguílaz, uno de los restos prehistóricos mejor conservados del País Vasco, visible incluso desde la autovía.

En Narvaja, el monasterio de San Bernardo de Barria, de origen medieval, recuerda la huella cisterciense en la zona y hoy funciona como albergue juvenil. También merece la pena acercarse al yacimiento de Zornostegui, donde se descubrieron restos de una aldea medieval abandonada hace más de seis siglos.

Los amantes de la arquitectura popular disfrutarán recorriendo las aldeas, donde conviven iglesias rurales, caseríos de piedra y pequeñas ermitas, todas ellas integradas en un paisaje natural de gran belleza.

Fiestas y tradiciones

Cada pueblo de San Millán tiene su propio calendario festivo, lo que convierte al municipio en un lugar animado durante buena parte del año. La fiesta más popular es la de San Román, que se celebra el último fin de semana de mayo en la aldea del mismo nombre, con un ambiente que combina romería, deporte y convivencia.

Otra cita destacada es la romería de Guipuzuri, cada 2 de julio en la ermita de Santa Isabel, cerca de Adana. A estas se suman las fiestas patronales de cada aldea, en las que la música, la gastronomía y las tradiciones locales siguen muy vivas.

Un rincón para descubrir

San Millán/Donemiliaga es uno de esos lugares que conservan la autenticidad de la Álava rural. Sus paisajes montañosos, sus pueblos tranquilos y sus huellas históricas lo convierten en un destino perfecto para quienes buscan rutas de senderismo, experiencias culturales diferentes y la calma de los entornos rurales del País Vasco.