El emblemático municipio de Aínsa se encuentra ubicado al norte de la provincia de Huesca, en la comarca de Sobrarbe. El adjetivo que mejor lo describe es “pueblo medieval”, ostentando fachadas, viviendas, calles y un entorno que se conserva con la arquitectura de aquella época.
Al ser una ciudad relativamente pequeña, el turismo que abraza es el de conectar con la naturaleza y dejarse seducir por su ambiente nostálgico. Transitar los empedrados de las calles de Aínsa nos acerca a sentir cómo era la ciudad en aquella época, mientras que su privilegiado y rico hábitat natural repleto de múltiples miradores y senderos que atraviesan sus montes, nos permitirá conectar con la naturaleza y admirar las preciosas vistas panorámicas existentes.
Ayuntamiento.es le ofrece a continuación, una recopilación de cuáles son los 10 puntos más emblemáticos que no debe perderse si visita esta localidad.
La Plaza Mayor de Aínsa
Es el punto que corona toda la villa medieval de Aínsa. Se encuentra en el centro del casco antiguo y ostenta el galardón de ser una de las plazas medievales que mejor se conserva en toda España.
La intrusión moderna de las terrazas, sillas y mesas de las cafeterías, apenas oscurece los impecables porches románicos y gratificantes fachadas de piedra en perfecto estado de conservación, una huella del pasado que nos transmite el estar respirando historia.
La Iglesia de Aínsa
Este templo eclesiástico medieval destaca al ser de los más espectaculares que se puede encontrar en toda la comarca de Sobrarbe. Está fechado en el siglo XI y su estado de conservación es envidiable, pudiéndose admirar sus arcos de estilo románico, su campanario aún funcional y un interior que no ha dejado pasar al vanguardismo para continuar fiel al ecosistema medieval de origen.
La altura que alcanza la torre, y teniendo presente la estratégica ubicación que tiene Aínsa en los Pirineos, provocó que se usara con fines militares a modo de torreón de vigilancia.
El Castillo de Aínsa
Este monumento está considerado como Bien de Interés Cultural tras ser declarado Monumento histórico-artístico dentro del régimen del Tesoro Artístico Nacional.
En su día, el castillo era una fortaleza de envergadura media donde se estableció un punto de control ante las invasiones musulmanas, para luego ser un enclave militar frente los acontecimientos bélicos del siglo XIX.
Actualmente, solo queda en pie el amurallado del castillo, permitiendo que el visitante pueda subir para admirar de las preciosas vistas panorámicas del entorno.
Dentro del espacio conformado por las murallas, se ha establecido determinados centros de información donde el turista puede informarse de qué rutas y excursiones se pueden seguir a lo largo del Geoparque de Sobrarbe y en la cordillera pirenaica. Así mismo, se puede acceder al museo allí sito cuyo principal cometido es la conservación del buitre quebrantahuesos, ofreciendo también información acerca de la historia del lugar, las peculiaridades de la fauna y la diversidad de flora que existe.
Mirador del Cinca
Para llegar a esta zona se debe recorrer antes un sendero por el monte vecino. Existen dos rutas marcadas:
- Una de media hora de duración, bajo desnivel y de una longitud de casi dos kilómetros. Esta ruta es la que se aconseja a quienes tengan menor resistencia o problemas ante esfuerzos.
- Una de casi dos horas que transita por un camino de cuatro kilómetros que nos llevará por determinadas zonas emblemáticas del lugar (como la Cruz Cubierta, monumento en honor a la reconquista ante los musulmanes). El desnivel de este sendero es pronunciado en varias etapas, aunque sin lugar a dudas, vale la pena intentarlo.
La recompensa al llegar al mirador del Cinca consiste en unas vistas preciosas tanto del río homónimo como de toda Aínsa.
Cerro Cotón
Este otro mirador se encuentra a bastante más altura que el del Cinca, teniéndose que recorrer una ruta de unas tres horas y un desnivel muy pronunciado (250 metros). Son algo más de ocho kilómetros de andadura, aunque las pistas se han habilitado para que también se puedan hacer mediante bicicletas de montaña.
Las vistas que se abren al llegar al mirador son sencillamente espectaculares. Tendremos una panorámica de 360 grados completa donde admirar el embalse mediano, el pueblo de Aínsa, y todo el esplendor de la increíble cordillera del Parque Nacional de Ordesa, así como el conocido Monte Perdido.
Parque Nacional de Ordesa
Este Parque Nacional fue declarado Reserva de la Biosfera, Zona de Especial Protección para las Aves y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Aunque no está propiamente en Aínsa, merece una mención especial dado su extraordinario impacto turístico. Está a media hora en coche, teniendo presente que, al llegar a la entrada del valle, tendremos que aparcar y coger uno de los autobuses que prestan allí servicio de forma continuada.
El parque nacional de Ordesa abarca varios municipios, a saber: Broto, Fanlo, Bielsa, Tella-Sin, Puértolas y Torla. Su punto más alto, el Monte Perdido, asciende hasta los 3348 metros, decrementándose hasta los 700 metros en el río Bellós. Todo el valle ocupa una superficie de 15608 hectáreas.
Los riachuelos, bosques, senderos, cataratas (destaca la denominada “Cola de caballo” a la que solo los senderistas con más resistencia pueden llegar) y fauna del lugar son un canto que la naturaleza nos regalará para disfrute de todos nuestros sentidos.
El congosto de Entremón
Es un desfiladero natural tallado por el propio río Cinca a lo largo del tiempo hasta sintetizar el majestuoso cañón de rocas calcáreas en un impresionante ascenso de 400 metros. Las aguas que bañan el lugar están teñidas de un turquesa vívido que hipnotiza por su exotismo.
Los caminos para recorrer el congosto son:
- Por un sendero de cinco kilómetros que bordea el desfiladero. Es una marcha de unas dos horas hasta llegar al embalse del Grado.
- Alquilando Kayaks y transitando por las mágicas aguas del río.
Ruta de las ermitas de Tella
Esta ruta consiste en un camino circular que sale de Aínsa, transita por sus montes aledaños y llega hasta Tella, un pueblo situado a más altitud y con una panorámica de la zona muy aplaudida por los turistas.
El sendero que tendremos que recorrer se prolongará durante una hora y apenas tiene desniveles de fuerte exigencia física, por lo que está recomendada para todos. A lo largo del mismo, nos toparemos con tres ermitas de estilo románico que han sido restauradas para disfrute del visitante.
Destacar también las leyendas acerca de brujas que merodean el lugar, sobre todo cuando nos acerquemos al museo del Oso de las cavernas y a la Casa de la Bruja, en el pueblo de Tella.
Miradores de Revilla
Si hicimos el anterior sendero hasta Tella, el pueblo de Revilla dista apenas cuatro kilómetros en un recorrido sencillo y seguro que transita a través de unos miradores emplazados en las Gargantas de Escuaín. Las vistas son espectaculares y vertiginosas, pues ascenderemos casi 200 metros durante esa hora y media de camino.
Si estás planeando un viaje donde entrar en contacto con la naturaleza o donde disfrutar de la misma en un ocio de relax y esparcimiento, Aínsa cumplirá con creces ese cometido. Disfruta de ese turismo de calidad que tanto ansías.
Aínsa te espera…