La población en España transita por una paradoja sin igual, pues si bien actualmente somos unos 47 millones de personas (un 35% más desde 1975), dicho incremento se ha dado en zonas específicas y conglomerados urbanos, abandonando aún más determinados pueblos.
Estos últimos 50 años han acarreado una revolución notoria en la economía nacional y una mejora sustancial en la calidad de vida de sus habitantes, mas este acto ha contribuido a que estalle un movimiento migratorio muy pronunciado procedente de las zonas rurales hacia las grandes urbes, provocando lo que comúnmente se conoce como “la España vacía”.
En ese sentido, la provincia de Soria es un claro ejemplo de cómo la población ha ido abandonando la región, viendo como el número de habitantes ha descendido, en esos 50 años, un 23%. Como contraposición, la provincia de Madrid ha atesorado un crecimiento del 73%, impulsado sustancialmente por el crecimiento de la capital y la integración de las denominadas “ciudades dormitorios” que la circundan.
En el siguiente gráfico, puede observarse claramente la distribución de la población en términos de incremento y descenso por provincias, durante el periodo de 2017 y 2018.
Esta migración continuada de la población procedente de los pueblos hacia las ciudades ha ido limando de forma paulatina la densidad de habitantes de muchas regiones de la península, llegando incluso a quedar casi desérticas.
Según el Instituto Nacional de Estadística, la densidad de población en España para el año 2016, es de 92 personas por kilómetro cuadrado, muy inferior a las 177 personas/km de media que tiene el conjunto de países de la Unión Europea. Países como Alemania, deslumbra con una densidad de 233 personas/km.
Lo realmente llamativo es la despoblación existente en determinadas provincias, como es el caso de Castilla y León, cuyo valor es de 26,1 personas por kilómetro cuadrado.
¿Cuáles son las regiones con mayor despoblación?
Castilla y León es, con diferencia, la comunidad autónoma con mayor índice de abandono de población. Prácticamente, el 88% de los municipios que la conforman gozaban en 2018 de menos población que la que registraban en 1998. Le sigue de cerca Asturias, Extremadura y Aragón, una trinidad donde igualmente, la merma poblacional ha sido muy acentuada.
Y es que, si evaluamos las provincias, en el periodo comprendido entre el 2000 y el 2018, el 63% de los municipios y un total de 13 provincias han visto cómo el total de sus habitantes descendía, siendo Salamanca, Palencia y Zamora las más afectadas.
Estrechando más el cerco y basándonos solo en el periodo de 2017 y 2018, se observa cómo 26 provincias vieron cómo su población se decrementaba. Repite Zamora como la que más abandono poblacional ha tenido, seguida de Ávila, León y Cáceres, mientras que provincias como Islas Baleares, Madrid y Santa Cruz de Tenerife han abrazado un incremento notorio de sus habitantes.
Si ese mismo gráfico se analiza por municipios, queda patente cómo El Ejido (Almería) es donde más pérdida de inscritos en el padrón ha habido, seguido de Coslada (Madrid), Benalmádena (Málaga) y Fuenlabrada (Madrid).
Opuestamente a dicha gráfica, los municipios que han abrazado un incremento potencial de sus habitantes queda encabezado por Madrid, Murcia, Hospitalet de Llobregat (Barcelona), Valencia y Mijas (Málaga), además de varias localidades de la provincia madrileña. Y es que, Madrid está siendo el sumidero principal donde los habitantes se empadronan, un crecimiento que desborda toda analítica incluso si se compara con Barcelona, donde la densidad de población se ha mantenido estable con un ligero aumento poro significativo.
Emigración desde las zonas rurales a las grandes ciudades
La principal razón de estos movimientos poblacionales se justifica de forma bastante clara argumentando que la gente prefiere irse a vivir a núcleos de población grandes, abandonando zonas rurales. Buscan tener más servicios, más ocio disponible y -en definitiva- habitar en una ciudad donde todo esté al alcance sin tener que desplazarse fuera.
¿Cuál es el destino según la comunidad de procedencia?
La pregunta que muchos analistas se hacen es precisamente hacia dónde va todo ese conjunto de migrantes que deciden abandonar el pueblo para irse a la gran ciudad. En un principio, se podría pensar que la meta es la capital de provincia, mas en absoluto es así. Sí se puede afirmar que la cercanía de la urbe de destino es un valor que el emigrante nacional valora, exceptuando la comunidad de Madrid, que predomina en casi todas las elecciones.
A continuación, se puede ver cuáles son las preferencias citadas en un gráfico sobre migraciones de ámbito nacional publicado por el INE.
Extranjeros que migran hacia la España despoblada
Un caso curioso y que también merece mención es la inmigración de ciudadanos procedentes de otros países que, tras vivir durante mucho tiempo en grandes ciudades en sus países nativos, ahora buscan la tranquilidad de una zona rural donde no se respire el estrés y ruido urbanita. Este conjunto de extranjeros se empadrona en esos pueblos que son motivo de abandono por parte de la población nacional, llegando incluso hasta tal punto que en algunos de dichos municipios hay más extranjeros empadronados que españoles.
Desde ayuntamiento.es, animamos a visitar las maravillas que estas zonas rurales ofrece al turista, tal y cómo han sabido ver los ciudadanos extranjeros hasta el punto de querer quedarse a vivir allí. Vivir estrechamente con la naturaleza, respirar el sosiego de un lugar donde el tiempo parece ir mucho más pausado y ser parte de esa cultura que todo pueblo encierra, son unos ingredientes que una gran ciudad nunca podrá ofrecer.
Visita y haz turismo hacia esos pueblos que nuestra geografía ostenta. Quién sabe… igual acabas enamorándote de uno de ellos hasta el punto de querer ser parte del mismo.
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Comentarios La España vacía: el problema de la despoblación nacional