Publicado el 13 de mayo de 2020



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Los ayuntamientos costeros evalúan cómo enfrentarse a las reaperturas de las playas entre dudas

En los más de 8.000 kilómetros de costa española se da todo tipo de circunstancias, desde playas paradisíacas, hasta viviendas a pie del agua, chiringuitos y clubes de fiesta exclusivos, así como servicios integrales para el turista (pistas deportivas, vestuarios, atracciones infantiles y actividades deportivas). No obstante, el coronavirus ha provocado un cambio radical que deja en el aire cómo serán las playas este verano. Eso sí, no será como antes, eso seguro.

Los ayuntamientos afectados al tener costa, trabajan codo a codo en la redacción de una guía que ha elaborado el Instituto de Calidad Turística de España (ICTE). El actual borrador está pendiente de que el Ministerio de Sanidad le dé su visto bueno o rectifique algún punto, una decisión que se prevé que suceda esta semana.

El peso, en los municipios

El texto redactado habla muy claro respecto al COVID-19 y a la amenaza que supone en las instalaciones playeras con el riesgo de contagio sin perder calidad del servicio. El documento puntúa unas recomendaciones para minimizar ese riesgo de contagio y deposita todo el peso de garantizar la seguridad sobre cada municipio, a los que pide un compromiso firme como garantes de las playas que bañan sus costas y del aporte económico que les genera cada año. Este punto, no obstante, genera dudas en varios de los responsables municipales consultados.

Así, se contempla que sea un comité municipal el que determine la capacidad de la playa, la comunique a los habitantes e identifique el riesgo en cada una de ellas. Se debe evaluar los accesos, la cantidad de arena y el tipo, los aseos y vestuarios, cuáles son los puntos de suministro de agua potable y qué riesgos de contagios contemplan al ser de pulsación, al igual que las duchas y Lavapiés. La instalaciones y equipamientos deberán ser revisadas cada dos horas como mucho y ser sometidas a una limpieza profunda una vez al día.

Se inculca también a los municipios para que hagan acumulen material de protección por si fuera necesario.

Aparte de todo esto, cada comunidad deberá elaborar sus propias normas acordes a cada región y playa específica. Una vez se apruebe, los Ayuntamientos dispondrán de un mes para presentar esta normativa adicional que complemente el documento oficial general.

Dudas sobre el alcance de la responsabilidad legal

Desde Huelva hasta Almería, en Andalucía hay más 370 playas que, según los datos de la Junta, recibieron 18 millones de turistas en 2018. Esto es, más de la mitad de los turistas vino a Andalucía a la playa.

Todos conocen a Torremolinos o a Málaga como la postal representativa del turismo de sol y playa, con infinidad de servicios e infraestructuras para regocijo de los bañistas. El problema de estas playas urbanas tan densamente pobladas es que las alcaldías contemplan como no pueden hacerse garantes de la seguridad sanitaria porque no disponen de los suficientes recursos y competencias municipales. Recordemos que, en Andalucía, La Junta de Andalucía es la que dictamina el aforo y los protocolos a seguir, y aún así, se analiza que faltarían medios para poder controlar a tanta gente.

Las mismas dadas surge en el Ayuntamiento de Níjar, en Almería, con sus 50 kilómetros de playas y calas. Abogan por tener claro cuál es la responsabilidad legal del Consistorio en caso de algún problema de contagio por no tener un procedimiento adecuado y bien definido al respecto.

De momento, la Junta de Andalucía ha destinado una partida de cinco millones de euros para instalar cartelería, incrementar los equipos de salvamento y reforzar la vigilancia en los 800 kilómetros de playas existentes. Además, dotará de otros 5,5 millones para subvenciones en temas de limpieza, higiene y adquisición de material.

No obstante, los Ayuntamientos siguen viendo la aportación como insuficiente y el protocolo a seguir carente en muchos detalles. Se recomienda que las áreas infantiles se cierren, que los walkie-talkies y los prismáticos de los socorristas se limpien tras cada cambio de turno y que las duchas y lavapiés se cierren en función de la evolución de la pandemia, unos procesos que preocupan porque dependen de la ciudadanía y no se puede controlar de forma activa.

Cómo se puede garantizar el aforo

Este es el mayor reto al que se enfrentan los municipios costeros con sus playas: el aforo. Torremolinos y Rincón de la Victoria se han unido a un proyecto tecnológico de Málaga para aplicar tecnología de geolocalización en tiempo real para saber la saturación en sus playas. Los móviles de los bañistas serán los emisores de información anónima.

Fuengirola, por otro lado, ha presentado un software desarrollado por Juma, una empresa local, que se ejecuta desde unos sensores ubicados en las farolas de las playas. Estos sensores van contando las personas que transitan en cada sector de la playa, dibujando así un mapa virtual de saturación.

Con todo ello, los Ayuntamientos tratarán de hacer uso de Apps y webs informativas donde informar de forma fidedigna y actualizada de qué playas están disponibles y cuáles están ya llenas de aforo permitido.

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