Actualidad: Cuatro siglos de Cervantes marcarán el calendario cultural de 2016.

La máxima figura literaria española, Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616). Desde el Ministerio de Cultura se ha creado la Comisión Nacional del IV Centenario, con la implicación de instituciones, comunidades autónomas y la elaboración de un programa con casi de 60 actos de todo tipo. La biografía de Cervantes está muy ligada a la ciudad de Sevilla en particular. Miguel de Cervantes tuvo una vida muy dispar, esa variedad de Alcalá de Henares a Sevilla, de Madrid a Roma, de Nápoles a Argel, esa disparidad hace que el padre de la novela contemporánea sea hoy en día un bien de cultural muy preciado por todos y reivindicado desde todos los puntos de la geografía mundial. No es solo por su biografía y vida, sino por los que inmortalizó en sus escritos; desde El Quijote a las Novelas Ejemplares, en los que dejó constancia del conocimiento de nuestra península y su geografía. Pero dentro de su mundo Andalucía y en particular Sevilla no fue un lugar por el que pasó su vida, sino al contrario, fue la piedra angular dentro de su formación literaria y su personalidad a la hora de ver el mundo exterior. Por casualidad se cruzaron en el tiempo la ciudad y esplendorosa de Sevilla, la cual corría su mayor poderío y su mayor miseria y el máximo literato español de la historia, el cual sacó de esa mezcla babilónica hispalense, la mayor parte de su personalidad artística y vital, con la que fraguó su talento creativo. Si queremos profundizar, el profesor Rogelio Reyes Cano nos invita en su obra, Cervantes y Sevilla. Aunque Miguel de Cervantes nació en Alcalá de Henares, sus orígenes son cordobeses, sitio donde volvió su padre una vez nacido él, en busca de sus raíces. Seguramente su cariño y pasión por Andalucía le venga de familia. La realidad es que Cervantes vivió en todos los sentidos, durante más de una década en la Andalucía de finales del siglo XVI. Fue recaudador de impuestos, requisador de trigo y aceite para la Armada Invencible, viajando de pueblo en pueblo por toda Andalucía, conociendo delincuentes, pícaros, gitanos, mercaderes, ricachones y moriscos, los cuales más tarde andubieron en sus obras. También se dice que el Quijote se fraguó en sus temporadas en cárceles de aquella tierra. Dicen.