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La policía está, desde ayer, registrando la casa del piloto que estalló, por voluntad propia, el avión que partió de Barcelona a Dusseldolf y cayó en los alpes franceses provocando la muerte de 150 personas, incluidos los pilotos y personal de tributación.
Al parecer, se confirman los problemas psiquiátricos que sufría el copiloto, Andreas Lubitz, de 27 años de edad. Estaba en proceso de depresión y tenía una cierta inestabilidad emocional que pudo agravarse por la ruptura con su pareja, con la que se iba a casar.
Aunque lo han definido como una persona normal, sin problemas, y sin haber dado señas de problemas, Andreas estuvo en tratamiento psiquiátrico hasta el momento de coger el avión que el mismo estalló. En principio, se descarta que el piloto tuviera relación con grupos terroristas.
Los agentes todavía están analizando la información del piloto que se ha sustraído de su casa, con material informático y toda clase de documentación. Lo que se ha podido saber en las últimas horas es que el piloto estuvo en cabina antes del vuelo, es decir, que no salió y estuvo todo el rato dentro de la cabina, pudiendo ser un acto algo sospechoso, mientras que las declaraciones de Lufthansa establecen que no vieron nada extraño en ningún momento en este piloto.
Se espera que pronto habrá una rueda de prensa desde el aeropuerto de Colonia, en Alemania, por parte Lufthansa, que está inmerso en pleno gabinete de crisis y que está siguiendo ciertos pasos y protocolos según lo marcado a la hora de dar precisas informaciones.
Al margen, algunas aerolíneas se han mostrado receptivas en cambiar los sistemas de seguridad de las cabinas, para que nunca haya un piloto que este solo. Recordemos que el Airbus de la compañía de bajo coste Germanwings de Lufthansa salió del aeropuerto de El Prat en Barcelona a las 10 horas para dirigirse a Dusseldorf, y se estrelló una hora y media más tarde en los alpes franceses, sin dejar supervivientes.
