Tanto el Ministerio de Industria como la Generalitat de Cataluña y varios Ayuntamientos (Barcelona, Montcada i Reixach y Sant Andreu de la Barca) se están reuniendo junto a las patronales y los sindicatos, para intentar buscar soluciones de permanencia de la fábrica Nissan en Barcelona, que recordemos que anunció que cerraba y se iba de la capital condal dejando a más de 25.000 trabajadores directos e indirectos en paro.
En el encuentro estuvo presente Raül Blanco (el secretario general de Industria y Pyme), Àngels Chacón (la consellera de Empresa y Conocimiento de la Generalitat), Jaume (primer teniente de alcalde del Ayuntamiento), los alcaldes de los distintos Ayuntamientos catalanes afectados, Pere Navarro (el delegado especial del Consorcio Zona Franca de Barcelona) y Teresa Cunillera (la delegada del Gobierno en Cataluña). Igualmente, asistieron los distintos delegados de consorcios y áreas administrativas como la Federación de Industria de USO.
El resumen del acta final concluye que todos apoyan tanto a los trabajadores que estaban empleados en la planta de Nissan como a los que desarrollaban una labor auxiliar desde industrias de terceros, pero dependientes íntegramente de Nissan.
Han redactado una serie de instrucciones a seguir para intentar orientar y convencer a la empresa nipona para que cumpla con su responsabilidad social en el territorio barcelonés que durante cuarenta años ha sido su hogar.
En el escrito se sostiene que mantener abiertas las plantas de Nissan es algo viable y sostenible. Para ello, se ha elaborado un plan específico que el propio Ministerio de Industria y la Generalitat han corroborado y firmado junto al Ayuntamiento de Barcelona y el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona. Se sostuvo la idea predominante que era imprescindible que la actividad de Nissan y los proveedores anexos continuaran su actividad en Barcelona, por lo que, todos los presentes en la reunión acordaron renovar su firme apuesta por esta automoción catalana como eje y compromiso de la industria catalana.
Se analizó igualmente la razón por la cual la empresa japonesa decidió marcharse. Se podría pensar que se ha debido a la crisis económica secundada por la pandemia del coronavirus, y aunque este hecho ha acentuado la decisión final, el auténtico argumento que esgrime la compañía es que ya lleva varios años alejada de inversiones en las plantas españolas tras un replanteamiento profundo que se lleva macerando durante años en el que el grupo busca replegarse hacia el mercado de Asia, donde se estima que no estarán azotados por las bajas ventas que soportan actualmente en Europa.
Se está reiterando desde la Generalitat cómo el sector automovilístico está siendo fuertemente azotado por la crisis del coronavirus, llevándole hacia una caída de ventas y de producción en todo el territorio nacional. Es por ello que, este compendio de medidas que se está constituyendo y que contará con la aprobación del Ejecutivo, contará con una serie de acciones trascendentes para paliar el problema, como instar a la renovación del parque de vehículos mediante el uso de incentivos para adquirir modelos menos contaminantes, estimular con bonificaciones las posibles inversiones destinadas a modernizar las plantas españolas, y avivar la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i).
También se busca posibles medios para cambiar la fiscalidad del sector afectado, así como firmar una garantía de liquidez y financiación en caso de necesidad por parte de estas empresas.
Todo este plan de acción contempla luego medidas que van más allá de la planta de Nissan y que buscan relanzar el importante sector automovilístico. Se buscará armonizar la movilidad, fomentar el hidrógeno verde y el uso de coches eléctricos, y crear una nueva movilidad anexa a la nueva normalidad que tanto se cita estos días de desescalada.