El Ayuntamiento de Toledo, presidido por la alcaldesa Milagros Tolón, ha dispuesto sobre la mesa de planes a estudiar que se suscriba una bajada histórica en las Ordenanzas de Tasas y Precios Públicos, respondiendo así a la situación actual que ha desencadenado la crisis de la COVID-19. La iniciativa implicaría una bajada cuantitativa del IBI, suspender totalmente las tasas para abrir un establecimiento, comercio o empresa, y congelar los demás impuestos, así como facilitar la tramitación y los plazos de pago adeudados para intentar así beneficiar al perjudicado ciudadano.
La declaración efectuada por Mar Álvarez, la concejala de Hacienda, destacó la fantástica actuación que supondría este movimiento planteado por el consistorio toledano, y se ha prestado para lidiar con la Junta de Gobierno Local, en esta semana corriente, todos los puntos que se desean abordar e implantar para hacer de esa idea una realidad.
Lo prioritario, tanto para la alcaldesa como para la concejala, es que los ciudadanos dispongan de ese grupo de facilidades para que puedan afrontar el tránsito de la pandemia de la forma más óptima posible, enfatizando especialmente el foco social y empresarial donde más afecta para que los ciudadanos puedan tener un alivio, aunque sea pequeño, en lo relativo a los derivados de los impuestos.
No en vano, el propio Ayuntamiento destinó hace varios meses una partida de medidas para combatir los efectos de la COVID-19, estando entre las más destacadas la que absorbió casi la totalidad del fondo de contingencia y que consistía en brindar a las familias un total de 300.000 euros para la conciliación y medio millón más para que las empresas, las pymes y los autónomos pudieran apoyarse ante el complicado momento.
Tras ello, el implantar estas nuevas medidas de bajada de impuestos para el año venidero, se formularía un esquema global donde la constante siempre será que los vecinos de la localidad puedan apoyarse para seguir trabajando o pagando sus facturas.
Propuesta de la bajada histórica
El documento redactado enumera tres apartados fundamentales en la bajada de impuestos.
Lo primero será la suspensión total de la tasa de apertura de cualquier tipo de establecimiento, comercio o empresa. Esto implicaría, además, que cualquier empresa ya establecida que desee cambiar su ámbito de actuación no deberá pagar absolutamente nada por la nueva licencia de apertura que deberá tramitar, un hecho que favorecerá a muchas que se están reciclando o reconvirtiendo.
Por otro lado, se ejecutará una bajada del IBI proporcional a la bajada del IPC interanual, esto es, de medio punto porcentual. Además, se promulgará que los trámites y plazos de pago sean mucho más accesibles y fraccionables respectivamente, buscando así que el ciudadano disponga de métodos más ágiles. Como ejemplo, se plantea que las cuantías puedan fraccionarse desde los 240 a los 10 euros, pudiéndose ampliar los plazos para abonar las deudas que asciendan a más de 6.000 euros.
El último punto tratado es la simplificación de los trámites y el alargamiento de los plazos de fraccionamiento de 36 meses a 48 meses para cuantías monetarias muy altas. Igualmente, se afrontará ajustes menores como adaptar las tasas de la Escuela de Idiomas, tal y como se hizo con la Escuela de Música.
Una propuesta que costará el millón de euros
La bajada de impuestos ya ha sido adjetivada por el Ayuntamiento como histórica, pues jamás se ha tocado tantos puntos relativos a las tasas de forma simultánea y con tanta repercusión en el descuento a aplicar. Todo ello costará, según los análisis del Consistorio, un millón de euros que saldrá de las arcas municipales.