El Ayuntamiento de Cáceres ha decidido no adherirse al pacto de financiación que suscribió el Gobierno y la FEMP, rechazando el ceder los remanentes ahorrados en el presupuesto municipal para que se gestione según las condiciones contempladas por la administración central. Según lo declarado por el Consistorio, la decisión parte de que no es un trámite relevante para la ciudad ya que gran parte de ese capital ya está comprometido.
Y es que, el Ayuntamiento proclamó que 2,41 de los 6,29 millones de euros del superávit que tiene del 2019 se empleará para proyectar la construcción de la nueva Ciudad del Fútbol de Pinilla, declinando así el préstamo que se tenía concertado con Liberbank para que la entidad bancaria fuera la que lo financiara.
Otra parte de ese superávit se destinará para compensar el déficit importante que existe en el servicio de autobús urbano tras el acaecimiento de a pandemia, que provocó que la población apenas usará el transporte público ante el miedo a contagiarse.
Según el Ayuntamiento, la acción de no ceder el remanente consentirá que pueda evitar el plan de ajuste que debería presentar por incumplir la regla del gasto en 2019 y que afectaría a la inversión que la ciudad requiere. Así, recalca que al no tener que apelar a un préstamo privado para costear la edificación de la Ciudad del Fútbol, se ganará una compensación importante en el posible recorte que el Ayuntamiento estaría obligado a realizar.
Luis Salaya, el alcalde de cáceres, quiso recordar en la rueda de prensa de ayer que cerca de un millón de euros de esos seis millones de superávit ya se han invertido en un gasto de cometido social aquejado por la pandemia, y otro millón más en diversas ayudas destinadas a pymes y autónomos. Ahora, se han adjudicado 2,41 millones al proyecto de los campos de Pinilla, quedando un remanente de 1,78 millones, del que el Ayuntamiento ha bosquejado que empleará parte de ello para compensar el déficit sufrido por el autobús urbano, que espera un descenso mucho mayor en sus ingresos tras el paso del COVID-19.
Referente a este último punto, el alcalde ha querido recalcar que también solicitará las ayudas que convocó el Gobierno de España para paliar las pérdidas en el transporte público, formalizando así un capital total que dará un respiro al dañado sector. Asimismo, se pretende aprovechar la flexibilización en el techo de gasto que se promulgó desde el Gobierno central.
La conclusión de Luis Salaya es que se dirigió correctamente el municipio en el año 2019 en lo que respecta a su economía, atesorando un superávit importante que ahora les ha permitido poder recurrir a dichos remanentes para proyectar una extraordinaria planificación de la concejala de Economía, renunciando así entrar en el pacto de financiación estatal que los expondría a una deuda de años.