Hace unas semanas que se detectó la presencia del virus del Nilo Occidental en España, concretamente en Sevilla donde ya se han producido dos muertes derivadas del mismo. El problema también radica en que están sucediéndose los casos de infectados y se teme que pueda extenderse más allá de la provincia sevillana.
Según fuentes oficiales, los casos confirmados de infectados por el virus a día de hoy es de 45, estando algo menos de la mitad ingresados por denotar complicaciones de salud. Siete de estos están siendo tratados en la Unidad de Cuidados Intensivos.
¿Qué es este virus y de dónde procede?
Su primera detección y aislamiento en laboratorios fue en 1937, concretamente en Uganda. Varios años después, el patógeno se extendió y desató un alto número de muertos e infectados, tanto en ese país como en otros aledaños al que se fue extendiendo. De hecho, Rusia y Rumanía sufrieron su inclemente brote en los años 90, al igual que Estados Unidos, que tuvo a Nueva York como epicentro de su propagación, contagiando a países próximos como Canadá o Argentina, entre otros.
España también se vio afectada por la fiebre del Nilo en el 2010. La comunidad de Andalucía fue donde se asentaron los primeros casos en varios caballos y a dos personas, aunque se erradicó de forma efectiva y no se supo más de él en nuestro país. No obstante, el virus siempre ha seguido en activo en los países de origen, siendo el causante de multitud de muertes y contagios cada año.
¿Cuál es su método de transmisión?
El virus se aloja en multitud de especies de aves migratorias, así como en algunos tipos de mosquitos concretos. A ellos no les afecta, mas son portadores que mantienen al patógeno vivo hasta que entran en contacto con otro animal (como el humano) donde sí pueden desarrollar su actividad maligna.
Este virus se asemeja a otros tales al zika o la fiebre amarilla. Su transmisión es análoga a estos, es decir, el mosquito hembra (que son las que requieren de sangre para reproducirse) pican a un ave que sea portadora del virus y, acto seguido, pican a un mamífero, pasandole el virus.
Lo importante es que, una vez el mamífero ha sido infectado, este deja de ser un vector de transmisión y se convierte en lo que se denomina un hospedador de vía muerta.
Síntomas de la fiebre del Nilo
Según los estudios recogidos durante tantos años, se analiza que el 20% de las personas infectadas por este virus desarrollan síntomas. El resto combaten al patógeno de forma silenciosa y lo erradican de su organismo sin darse apenas cuenta.
Los síntomas se inician con una fiebre latente, un dolor de cabeza persistente y un cansancio general. Luego empeora con vómitos y diarreas, y en el peor de los casos (el 1% de los casos) se desarrolla una meningoencefalitis, esto es, una inflamación muy grave de parte del cerebro que puede provocar la muerte.
Los expertos virólogos han querido dejar claro que ese último síntoma se da siempre en personas que padecen patologías previas o que tienen su sistema inmunológico dañado. De hecho, las dos muertes ocurridas en Sevilla tenían 77 y 83 años respectivamente.
Vacuna contra la fiebre del Nilo
Durante todo el tiempo que el virus lleva azotando al mundo, los científicos sanitarios han logrado desarrollar remedios hábiles y efectivos para los animales, mas ningún método favorable para los humanos.
El problema existente es que el virus tiene una facultad de mutación alta en humanos, lo que dificulta trazar una estrategia óptima para sacar un medicamento que lo combata de forma directa y concisa.
¿Qué probabilidad hay de que se extienda?
Todos los virólogos coinciden en que los brotes permanecen atados a las zonas donde los mosquitos ponen sus huevos. Dado que dichos insectos no vuelan muy lejos, el foco queda localizado con precisión. Y recordemos -como dijimos antes- que los humanos no pueden contagiarse entre ellos, pues el virus está en su fase de desarrollo y no en transmisión.
No obstante, puede ser preocupante y hay que estar alerta, pues aunque los mosquitos recorran poca distancia, pueden llegar a ocupar zonas aledañas e ir así tomando nuevas áreas donde infectar a la población.
Prevención frente a la fiebre del Nilo
Los únicos métodos de prevención válidos consisten en que los mosquitos no lleguen a picarte. Por ello, se recomienda emplear repelentes y vestir con atuendos que dejen pocas zonas de piel al descubierto. El uso de perfumes de fragancias intensas conviene evitarlos, dado que atraen a los mosquitos, y en las viviendas es una buena opción instalar mosquiteras, así como apagar las por la noche.