Hace unos meses, desde ayuntamiento.es iniciamos una encuesta para que los visitantes votaran por el monumento más emblemático del territorio español, comprometiéndonos a presentar tanto la obra arquitectónica como la localidad que la acoge en un reportaje.
El vencedor ha sido el Castillo de Mauz, una fortificación ubicada en el municipio de Sueras, en la provincia de Castellón.
Mapa de la región de Sueras
La región de Sueras
El Municipio de Sueras se encuentra en las últimas estribaciones de la Sierra de Espadán en la zona septentrional a una altitud de 316 metros y ostentando una superficie de 22,2 km². Sus datos demográficos varían dependiendo de la estación, haciendo que sus 525 habitantes (según INE, 2019) se multipliquen hasta por diez ante la llegada de los turistas.
Las calles de Sueras son un recordatorio de su origen y pasado morisco con callejuelas estrechas. Su carácter análogo al resto pueblos de la comarca queda patente tras contemplar los seis variopintos paneles cerámicos repartidos en determinadas fachadas, evocando momentos de devoción religiosa. Son unos elementos históricos y artísticos que datan del siglo XVIII. Todos ellos recrean el calvario del Vía Crucis y los Dolores de la Virgen.
Sueras te acoge desde kilómetros de distancia, cuando su privilegiado entorno te envuelve entre bastos campos verdes y montañas que incitan a ser recorridas en sus múltiples rutas para senderistas.
El municipio de Sueras
Sueras Alta inicia su andadura en la historia en comunión a Sueras Baja y el asentamiento de Castro -actualmente despoblado-, conformando los tres lo que hoy se conoce como Sueras. Se originó en manos de los musulmanes sarracenos, que constituyeron una ciudadanía bajo el amparo del castillo de Mauz.
El nombre de Sueras, según los historiadores, procede del vocablo Suleima o Benisuleima, haciendo referencia a Suleiman o Salomón, el nombre del caudillo del que descendía toda la población allí establecida. Pertenecía al Alcadiazgo de Eslida, cuyo mandato se prolongó hasta ser conquistado y dirigido por el Señorío de Jérica.
Tras la reconquista cristiana, se procedió a unificar los distintos poblados árabes en manos de Jaime I, que cedió el lugar a la comandancia de Pedro I de Ayerbe. Más tarde, pasó a manos del duque de Medinacelli, y tras la expulsión integral de los moriscos que allí había, la localidad quedó deshabitada. No fue hasta el siglo XVIII cuando Sueras volvió a repoblarse de forma comedida.
Actualmente, cuenta con menos de 1.000 habitantes, aunque su historia y belleza natural trasciende más allá de sus fronteras, traduciéndose en visitas turísticas que ansían conocer la historia y cultura que alberga.
El Castillo de Mauz
Sus orígenes están fechados en el siglo XII, siendo alzado por los árabes en el siglo XII.
Ficha técnica:
- Altitud: 582 metros.
- Coordenadas: 3º20′ de latitud y 39º52′ de longitud
- Nomenclaturas: Castell de Mauz, Castell de Castro
- Tipología: Castillo medieval militar
- Tipo de construcción: Mampostería y tapial.
El estado de algunos de sus elementos es ruinoso progresivo, aunque otras partes conservan tanto la forma como el estilo arquitectónico original. Así, se puede admirar el Albacar o recinto amurallado, la alcazaba o ciudadela principal, su emblemática torre poligonal, varios aljibes y gran parte de su muralla con las almenas aún erguidas.
Su elevada ubicación en el cerro de Suera Alta, le confería ser un puesto de vigilancia importantísimo en la Sierra de Espadán, siendo igualmente un punto estratégico en la red de comercio y conexión de tropas militares con el resto de castellanías circundantes.
En varios escritos se reseña cómo el Castillo de Mauz era el faro vigilante que advertía de posibles ataques a las fortificaciones vecinas mediante señales de humo diurnas o enormes fogatas nocturnas, visibles desde kilómetros de distancia.
Visitando el Castillo de Mauz
Como hemos reseñado, gran parte de la fortificación se encuentra en estado de ruina progresiva, aunque ello no evita que su panorámica absorba todos nuestros sentidos y nos deleite con su singular estructura recortada que intenta emular la geografía de la sierra donde se encuentra enclavado.
Para llegar al castillo, de debe partir de Sueras, que dista solo 30 kilómetros de Castellón. Desde allí, se hace sencillo encontrar la ruta senderista para que nos permitirá visitar el fantástico monumento, un sendero señalizado con todo tipo de detalles. El camino dura aproximadamente una media hora y es en continuo ascenso.
Desde la altura donde está enclavado el castillo, se puede disfrutar de una visión espectacular de todo el valle de Espadán, así como del Mar Mediterráneo, todo ello abrazado por el sosiego de la naturaleza y los sonidos de la fauna local, un ambiente relajante que nos cautiva a cada paso que damos.
Pasear entre los muros de la fortificación nos traslada a esa época medieval, evocando los sonidos imaginarios de los vigilantes que allí montaban guardia o transmitiéndonos la sensación de que tras cada recodo de un muro veremos parte de la historia que allí aconteció. El hábitat que engloba a la ciudadela es tan inmersivo, que realmente nos hace respirar y vivir la historia de forma mucho más real que si la viviéramos en un museo.
Su planta es de tipo irregular, esto es, no se define en su construcción la distribución predefinida que solían tener las castellanías en sus zonas, rompiendo con esos moldes para hacer valer su propio estilo. Todos sus muros y paredes están construidos con mampostería y tapial, es decir, grandes bloques de piedra hábilmente cortados y pegados con una amalgama de tierra amasada que actuaba como cemento fijador, Las imperfecciones de la piedra hacen que las paredes nunca sean totalmente lisas, un elemento ornamental que incluso hoy en día mucha gente alberga en sus viviendas por la belleza de lo rústico.
Alrededor del castillo podemos visitar las ruinas de Sueras Alta, un enclave condecorado como Espacio de Protección Arqueológica donde se puede admirar las ruinas de viviendas de la época, arcos que aún se mantienen alzados y calles asfaltadas con los adoquines originales, todo ello sin apartarnos del entorno histórico árabe.
Otros monumentos aledaños
La iglesia de Sueras, dedicada a la Virgen de la Asunción, data del siglo XVIII y es de estilo de transición entre el barroco tardío clasicista y el academicismo neoclásico. Tiene una nave central y dos laterales separadas por columnas cuadradas. Está declarado Bien de Relevancia Local con la categoría de Monumento de Interés. Destaca por sus dimensiones y sus semejanzas a la Iglesia Arciprestal de Vila-real.
El templo anterior, de menores dimensiones, estaba quedándose demasiado pequeño ante el crecimiento poblacional, por ello, el 24 de abril de 1772, Carlos III emitió una Orden Real decretando la construcción de este nuevo templo. El 29 de abril de 1773 se bendijo el lugar y se colocó la primera piedra.
En el interior de la iglesia se conservan en muy buen estado cuatro frescos de Joaquim Oliet, artista natural de Morella. Tres de ellas representan escenas de la vida de la virgen como la Anunciación, la presentación de Jesús y la Asunción. En su fachada se encuentra un mural cerámico de Manolo Safont, artista que da nombre al museu de la Ceràmica de Onda. Debido a la pérdida del archivo tras el saqueo y fuego que sufrió el templo en 1936, mucha información al respecto se ha perdido.
Un dicho popular de la región cita: “Podríamos decir que la iglesia es la columna vertebral de Sueras, ya que se encuentra en el centro del mismo. La parroquia es para nosotros, los vecinos del municipio, un edificio histórico, de culto y que forma parte de la tradición e historia de la localidad”.
Mención especial merece también el despoblado de Castro, un emplazamiento arqueológico donde estaba ubicado un asentamiento medieval. El paso del tiempo ha hecho que la vegetación cubra prácticamente todo el lugar, dificultando en gran medida las labores de los arqueólogos. No obstante, puede admirarse los restos de algunas casas de la época, así como múltiples restos de cerámica. No en vano, esta ciudad de antaño está catalogada como Bien de Interés Cultural.
En nuestro paseo hacia el castillo, nos toparemos también con la fuente Bocamina, construida en el siglo XIX para aunar el caudal de los múltiples manantiales del lugar en un solo flujo de agua dulce. En la actualidad, la fuente sigue activa y -de hecho- es la que suministra agua potable al pueblo.
Por último, reseñar también la fuente del Avellano, que destaca por la pureza y baja mineralización de sus aguas.
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