Besalú es un destino turístico y de gran admiración entre sus visitantes por el fantástico entorno de interior donde está ubicado. Pertenece a la provincia de Girona, lindando con el río Fluvià.
El primer impacto que se adhiere cuando pisamos sus calles nos lleva a una urbe típica medieval. El patrimonio histórico que secunda todo el municipio está conservado con esmero e integrándose de forma impecable con el vanguardismo actual.
Viajar a Besalú no solo gustará al visitar los muchos monumentos, calles empedradas y zonas de ámbito medieval, sino también por su sensacional gastronomía donde destaca sus legendarios fesols de Santa Pau con butifarra y la ratafía, un exquisito licor dulce de frutos secos, todo ello sin olvidar sus aclamadas rutas de senderismo que transitan por el Parque Natural de la Garrotxa.
¿Y cuáles son los puntos de interés que no debes dejar pasar? Pues aquí te los resumimos. ¡No los dejes pasar!
1. Puente de Besalú
Este monumento se erigió en el siglo XII como medio para salvar el río Fluvia, y desde entonces ha ido sufriendo distintos desgastes e incluso la destrucción de parte de su estructura a causa de la Guerra Civil. No obstante, sus 150 metros de longitud se han ido rehabilitando de forma periódica y conservando siempre su porte medieval incólume.
Transitar sobre dicho puente resulta en una experiencia fantástica, pisando aquellos adoquines de la época que aún asfaltan el terreno. En uno de sus pilares, se levanta una torre fortificada hexagonal desde la que se pueda admirar un panorama límpido de la ciudad y su entorno.
El puente está compuesto por siete arcos, todos ellos con una característica muy peculiar, pues son todos desiguales, un hecho que no le resta belleza, sino más bien le confiere ese toque de ser único.
2. Antiguo Barrio Judío
El puente medieval de Besalú da acceso al interior de la ciudad, concretamente al barrio antiguo también llamado como judería, un punto emblemático de Besalú que todos los turistas destacan por su encanto y magnífica sintonía.
Entre sus callejuelas típicas se puede respirar y sentir en la arquitectura de lugar cómo era la vida de los judíos en el siglo IX antes de que los Reyes Católicos procedieran con su expulsión definitiva. Tras cada recodo y anexo a las fachadas se pueden admirar obras escultóricas elaboradas por artesanos de renombre.
Se podrá disfrutar de la historia perenne que allí convive mientras se siente con la vista y el tacto. Las escaleras de la Baixada, que llevan a la antigua Sinagoga, te llevarán a las lindes del espléndido Pont Vell, un restaurante laureado en la ciudad por sus platos típicos.
Podrás admirar multitud de casas que aún presentan inscripciones y placas de la época judía en sus balcones y portezuelas. Incluso aún se conserva unos boquetes anexos a las puertas (llamados mezuzà) que se empleaban para guardar un pergamino con versículos de la Torá escritos.
3. La Mikvé
La Mikvé es una construcción cuya finalidad era que tanto hombres como mujeres se purificarán en un baño ritual de tipo judaico.
Se ubica lindando con los restos de la antigua sinagoga y, aunque su estado de conservación es más afín a ser un yacimiento, cabe destacar que es el único fechado de la época medieval que se puede ver en toda España.
Su visita te hará descender 36 escalones exactos antes de llegar a la gran piscina donde la persona objeto de ser purificada debía bajar siete escalones extra para luego sumergirse en sus aguas puras hasta tres veces.
4. Monasterio de Sant Pere de Besalú
Es un monasterio congregado por la orden benedictina de Sant Pere y que data del siglo X. Su peculiar fachada, de construcción limpia y con pocas florituras, destaca por el gran ventanal de vidrio que domina su parte álgida, representando a dos leones protegiendo el lar.
Su interior alberga ocho columnas divididas en dos hileras, todas ellas culminadas con unos capiteles ornamentados de forma muy acentuada. La bóveda que domina el techo representa unos frescos religiosos de la época en perfecto estado de conservación.
5. MicroMundi
Este museo presenta al público variantes del arte minúsculo. Es el más grande de toda Europa con esa temática.
Entre sus numerosas vitrinas, se podrá admirar las impresionantes obras de arte elaboradas a muy pequeña escala y con piezas de una precisión milimétrica. De hecho, la frase que se suele hacer nada más entrar es: “¿Qué dimensión crees que tendrá la obra de arte más pequeña?”. La respuesta sorprenderá al más escéptico.
Así la colección de más de 2000 piezas allí expuesta alberga –entre otras muchas más- a la mítica Torre Eiffel montada sobre la semilla de una amapola, una manada de camellos transitando a través del ojo de una aguja o incluso el taller de Geppetto a todo detalle y esplendor que cabe en la cáscara de un pistacho.
6. Río Fluvía
El río Fluvia es una zona de esparcimiento donde se podrá disfrutar de un contacto con la naturaleza muy cercano además de gozar de unas vistas únicas hacia la judería y el puente medieval.
El sendero que atraviesa el río desde su inicio hasta el término, bordeando la ciudad de un extremo a otro, resulta en un fantástico recorrido donde poder ver flora autóctona, disfrutar del canto del agua mientras desciende, y teniendo siempre el referente de la historia tras nuestros talones, pues parte del empedrado es el original de la época medieval.
7. Iglesia de Sant Vicenç
La Iglesia de Sant Vicenç se construyó en el siglo XII y constituye uno de los edificios más longevos de la provincia. Su estilo claramente románico deslumbra con sus retazos catalanes de la época, tanto en su exterior como en el interior.
Su composición consiste en una basílica dividida en tres naves y tres ábsides semicirculares. En uno de ellos está la tumba gótica de Pere de Rovira, además de una réplica de la reliquia de la Vera Cruz.
A lo largo de toda su extensión, se puede admirar un amplio abanico de elementos decorativos referentes a animales legendarios y monstruos deformes ascendiendo por los capiteles, enfocándose todo a dirigir la vista del espectador hacia la enorme puerta principal.
8. La Feria Medieval
Esta magna feria se celebra a principios de septiembre y dura 4-5 días coincidiendo con el fin de semana. Durante su festejo, toda la ciudad sufre una transformación integral para volcarse en aquella época. Se montan tiendas de artesanías variopintas donde atienden personas ataviadas de la época, mientras comparsas de música y danza se hacen con las calles. Destaca también los talleres de oficios medievales, y –la joya de la feria- los combates de justas y de espadas que se montan.
Estar en la feria medieval de Besalú, es como regresar en el tiempo.
9. Castellfollit de la Roca
Si bien no es en Besalú concretamente, es casi obligatorio visitar el pueblo de Castellfollit de la Roca. Está a apenas unos kilómetros de Besalú y su espectacularidad es asombrosa.
El pueblo está ubicado sobre un promontorio de basalto, a 50 metros de altura, donde se edificaron las viviendas colgando al borde del acantilado. Ver tamaña poesía arquitectónica maravilla.
Las panorámicas y fotos que allí harás, sorprenderán a todos.
10. El Parque Natural de la Garrotxa
El Parque Natural de la Garrotxa está ubicada sobre la zona volcánica que bordea el lugar, sintetizándose un entorno explotado sobre todo para practicar el senderismo y estar en contacto estrecho con la naturaleza en un ambiente rico en vistas.
Esta parque natural está considerado como el mejor paisaje volcánico de toda la península Ibérica. No en vano, ostenta más de 40 conos volcánicos y más de 20 coladas de lava, destacando por ejemplo el Volcán de Santa Margarita o el de Croscat, ambas zonas practicables andando por sendos caminos.
También destaca el fastuoso bosque de hayas que sucumbe anexa al asfalto volcánico.
Besalú será un viaje inolvidable que, sin lugar a dudas, disfrutarás desde el primer paso que des en sus calles. Descubre este sensacional destino turístico y descubre un nuevo concepto del turismo de calidad.
Descubriendo Besalú…