
Las 10 rutas de senderismo más espectaculares de España
Las 10 rutas de senderismo más espectaculares de España
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La multitud de parques naturales, cordilleras y espacios verdes que posee España constituyen no solo un preciado regalo para el medio ambiente, sino también para el disfrute de multitud de hobbies. Desde la escalada hasta el parapente, son muchos los viajeros que se encomiendan a este nuevo turismo rural o de aventuras, buscando estar en consonancia con la naturaleza para impregnarse de su pureza y sosiego.
Una de las actividades más demandadas en estos últimos años ha sido el senderismo. Su práctica no requiere de un equipamiento avanzado, se está en continuo contacto con la flora del lugar, se hace deporte al estar caminando y es escalable según las posibilidades de cada individuo.
La España rural está custodiada al norte por las fantásticas cumbres de los Pirineos y al sur por las cálidas aguas mediterráneas, englobando a variopintos sistemas montañosos, pueblos y zonas de senderismo engalanadas con los más bellos entornos naturales. Y eso vamos a desgranar hoy, creando una lista de cuáles son los 10 mejores puntos de la geografía española en la que disfrutarás más practicando senderismo.
1. Ruta del Río Cares, en los Picos de Europa
Esta ruta es quizás la más vanagloriada por los senderistas. Y no les falta razón, pues el emplazamiento es sencillamente espectacular. Los Picos de Europa destacan por su maravillosa biodiversidad tanto de fauna como de flora, presentando un espacio verde que hipnotiza todos los sentidos.
La ruta se inicia en el municipio de Posada de Valdeon (provincia de León) y va serpenteando por el río Cares durante 12 kilómetros hasta llegar a Poncebos (provincia de Asturias). La vegetación del lugar es de ese vívido tono verde tan característico del norte, y el paso por el desfiladero del río es espectacular. Las paredes calizas de vertiginosa caída, otrora una cantera, se ven salpicadas por los brezos y múltiples variantes de vegetación del lugar, mientras el cantar de las aguas que descienden va acompañando la marcha.
La ruta es bastante sencilla de recorrer, siendo prácticamente llana en toda su extensión.
2. Parque Nacional de Ordesa y Monteperdido, en Huesca
Este parque natural ostenta el galardón de ser Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El espacio está tan protegido de la contaminación y agentes externos, que se prohíbe que los vehículos privados puedan acceder hasta allí. Se debe aparcar en las llanuras de Ordesa donde varios autobuses van acercando a los senderistas hasta el punto de encuentro localizado a más altitud.
La región hace honor a la descripción de los Pirineos, presentando imponentes macizos que incluso superan los 3.000 metros de altura, frondosos valles, profundos barrancos, riachuelos de aguas bravas y -en definitiva- ganándose la fama de ser uno de los entornos naturales más hermosos de España.
Las rutas de senderismo que hay en esta región son variadas, indicándose de forma muy clara cuáles son las más duras (con pendientes y de mayor longitud) y las más tranquilas. La ruta más conocida es la de la Cola de Caballo, que nos lleva a través de una pendiente prolongada y unos extensos Llanos de Soaso, hasta recompensarnos con un premio por tamaño esfuerzo: presenciar la belleza de una cascada (llamada Cola de Caballo por la forma de su caída). Esta ruta completa puede llevar hasta cuatro horas de ascenso y tres de descenso.
3. Peñalara, en la Sierra de Guadarrama de Madrid
Emplazada en los montes que rodean la capital, la Sierra de Guadarrama con su pico más conocido, Peñalara, brinda al turista una vía de escape próxima a los millones de personas que habitan en los municipios limítrofes.
La ruta de senderismo de Peñalara es circular, partiendo de un punto y volviendo al mismo, y discurre entre lagos helados (en otoño e invierno), colinas de suaves pendientes, montañas escarpadas y zonas con una flora rica.
En el entorno del sistema Central de la Península Ibérica, esta ruta es la más conocida y visitada por multitud de turistas, sea cual sea la estación del año. La dureza de la ruta varía según la vertiente que se tome en determinados puntos, siendo en general de esfuerzo medio.
4. Ruta de los Lagos de Saliencia, en Somiedo, Asturias
Esta ruta senderista está emplazada entre valles de origen glaciar, profundos riscos de roca caliza y unos caminos que serpentean entre la singular jungla de Asturias. También es una ruta circular, siendo el punto de partida y de llegada el alto de la Farrapona, donde existe un punto de encuentro y parking para estacionar los vehículos.
El trayecto es de 14 kilómetros, presentando un desnivel medio de hasta 400 metros. Su dificultad está catalogada como media, aunque en algunos tramos se puede considerar incluso alta.
5. Monte Pindo, en Galicia
Lo más singular del Monte Pindo es la multitud de esculturas rocosas que la naturaleza ha creado de forma caprichosa y que le ha valido ser bautizado como el «Olimpo Celta».
Recorrer esta ruta mantiene siempre presente en el horizonte la accidentada costa oriental de Galicia y el místico Cabo de Finisterre. El camino se inicia en el municipio pesquero de O Fieiro, a partir del cual deberemos ascender durante 9 kilómetros hasta coronar la cima del Monte Pindo. El cuadro que se nos dibujará a nuestro paso variará de forma gradual, siendo primero unos bosques de pinos frondosos, para luego dar paso a unas pistas forestales más abiertas hacia la costa, una preparatoria antes de que las rocas de granito hagan acto de presencia.
Esta senda de Monte Pindo es muy nombrada por la legendaria panorámica que nos va acompañando de forma continuada, como el valle de Dumbría, el de Mazaricos, el océano Atlántico y las rías gallegas.
6. Pico Gilbo, en Riaño, Castilla y León
En la zona es conocido como “el fiordo leonés” por la extraordinaria belleza del entorno. Emplazamientos destacados como el embalse de Riaño, de aguas tranquilas cual espejo, dan la bienvenida a los viajeros con sus leyendas y mitos referentes a cómo antiguamente existió en la zona varios pueblos que fueron engullidos por las aguas, análogamente a la leyenda de la Atlántida.
Durante la ruta senderista, de dificultad normal en gran parte de su trayecto, se disfrutará con todos los sentidos del lugar. Sus vistas espectaculares de la región, una fragancia a pino fresca y un manto de vegetación refrescando nuestro andar, serán nuestra mejor compañía durante toda la andadura. Bordearemos el Mirador de Biescas y las múltiples campas de colorido floreado mientras las vistas del valle y el embalse nos abrazan.
Para llegar a la cumbre del alto de Pico Gilbo, el camino da un brusco cambio y requiere de mayor destreza.
7. Costa Quebrada, en Cantabria
Esta ruta senderista del cantábrico transita por una zona de costa muy especial de arena dorada y unos riscos con un valor geológico trascendental. Poder admirar los estratos que durante miles de años se han ido prensando hasta alzar esos montes, es un espectáculo visual que no tiene parangón.
Gran parte de la ruta es abrupta, con acantilados perfilados y solemnes crestas que resisten incólumes ante el fiero azote del mar del norte. Todo el recorrido es de dificultad media.
8. Monte Gorbea, en el País Vasco
El monte Gorbea se ubica en el parque natural de Gorbeia a 1.482 metros de altura. Las rutas senderistas son muy variadas, contemplándose vías de ascenso de distinta dificultad como la de Ubidea, la de Pagomakurre o la archiconocida de Zárate.
Independientemente de qué sendero escojamos, el trayecto se presenta muy cambiante, transitando entre escarpadas paredes de roca, para luego verse entre frondosos hayas y robles o recorriendo extensas zonas de pasto.
Llegar hasta la cima requiere de bastante habilidad, siendo una ruta de dificultad alta.
9. Pasarelas del Vero, en Huesca
El punto de partido de esta ruta senderista es Alquézar, un municipio considerado como de los más hermosos de toda España por su vertiente medieval. Tras iniciar la andadura, el primer punto emblemático al que llegamos es el Cañón del río Vero, que nos hará sentir la aventura de tener que atravesar sus pasarelas colgantes.
El curso del río dictamina el trayecto de toda la ruta, indicándonos en todo momento cuáles son las paradas que deberemos ir tomando para admirar la zona. En este sentido, destaca, por ejemplo, las pozas de cristalinas aguas donde poder incluso bañarse.
El sendero a recorrer es de dificultad muy baja y está siempre conectado entre los pueblos del lugar, lo que la convierte en una ruta de senderistas idónea para familias con niños.
10. Vereda de la Estrella, en Sierra Nevada, Granada
Sierra Nevada es un paraje natural con una riqueza de flora y fauna sin igual en toda España. Su biodiversidad es un vergel de vida que, aún hoy, sigue descubriendo nuevas especies.
Con esos ingredientes de base y el pico del Mulhacén de fondo (de 3.479 metros de altura), el trayecto senderista se convierte en una experiencia que continuamente estimula a nuestros sentidos en los bosques de fresnos, robles y arces, pequeños oasis y lagos recónditos, y siendo parte de ese Edén terrenal.
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