El Ayuntamiento de Valencia está planificando cuándo hacer público el análisis de las más de 1.500 quejas que ha ido recibiendo durante los meses de confinamiento, unas reclamaciones que la comunidad de vecinos ha ido haciendo de forma telemática en su mayor parte. Concretamente, el informe de resultados se basa en el periodo del 14 de marzo al 19 de mayo, donde destacan las quejas relativas a la limpieza, desacuerdo con las decisiones tomadas por el municipio y sobre los servicios que se han prestado en la vía pública.
Reclamaciones más notorias
El informe recabado esgrime cómo la población se ha mostrado disconforme al no haber una limpieza y desinfección más notoria en varias calles del municipio con el fin de apaciguar y reducir el riesgo de propagación de la COVID-19.
Otro punto muy relevante y donde hay muchas reclamaciones es en el relativo a la carencia o retraso de las ayudas sociales vigentes, independientemente de cuántas hay y de que la cuantía de las mismas se haya incrementado numerosas veces por parte del propio Consistorio.
El tercer punto más discorde ha sido el que se refiere a las subvenciones destinadas para pequeñas empresas y autónomos, donde se ha producido tantísimos problemas con su tramitación.
La concejala del Ayuntamiento recalcó como el análisis pone de manifiesto la gran cantidad de problemas que ha habido con los autónomos y los negocios locales tras producirse el cese de sus actividades económicas al adherirse a las ayudas ReActiva, todo ello debido al frágil procedimiento que se ocupa de gestionarlo y a la ralentización que existe con la aprobación de las solicitudes.
Así mismo, se subraya cómo el teléfono de atención al ciudadano 010 y el de información sobre el COVID-19 sufrió una saturación tal durante el estado de confinamiento que muchas peticiones vecinales se quedaron sin atender. Y es que, un servicio al ciudadano al que el propio ciudadano no puede acceder, deja de ser un servicio y se convierte en un extra.
A modo de conclusión, el documento también reseña cuáles son las necesidades que más demandan la ciudadanía, a saber:
- Se requiere más servicio policial.
- Incrementar la recogida de basura y residuos.
- Trabajar por el bienestar social.
- Mejorar la limpieza y desinfección de la ciudad, deficiente en muchas de sus calles.
- Ampliar la movilidad y renovar el mal estado de los jardines.
La única moraleja que el propio Ayuntamiento valenciano saca de todo el informe es que, sin lugar a dudas, el gobierno municipal no ha sabido dirigir ni fundamentar de forma óptima la actuación de los distintos servicios bajo su competencia, produciéndose problemas notorios como en la dificultad para emitir los certificados digitales necesarios que se requieren para solicitar las ayudas y subvenciones que van saliendo.
Así mismo, la concejala Ferrer San Segundo afirmó que se ha fallado en lo relativo a agilizar las concesiones de licencias, además de hacerse notorio que muchas de las reclamaciones recibidas vía telefónica se tramitaron como simples sugerencias, quitando importancia al hecho para -según el alcalde Ribó- centrarse más en cómo gestionar la pandemia. No obstante, la concejala destaca que es precisamente escuchando a la gente como se obtiene la mejor respuesta a esa pregunta, pues son ellos los que más la están sufriendo y, por lo tanto, son quieren mejor saben qué ayudas y deficiencias son las más imperantes de solventar.