Una farmacéutica y política española, que actualmente ostenta la presidencia del Gobierno de las Islas Baleares, va a ser la encargada de mantener reuniones telemáticas con los diferentes ayuntamientos de Mallorca, para revisar y poner en común los diferentes temas relacionados con el control de la nueva pandemia que nos acontece.
Francina Armengol, tiene prevista una reunión hoy con los diferentes ayuntamientos de la isla por videoconferencia, para tratar los mecanismos de control que se van a implementar. Además de la presidenta, se ha comunicado que también asistirán en representación del Consell de Mallorca, y la Federación de Entidades Locales de Baleares (Felib), sus respectivos presidentes.
También se ha informado que asistirán a esta reunión algunos miembros reconocidos de diferentes entidades públicas de las Islas Baleares, como son, Francesc Miralles, director general de Cooperación Local y Patrimonio, Rubén Castro, gerente del Instituto Balear de Seguridad y Salud Laboral, y la investigadora Marga Frontera, trabajadora de la Conselleria de Salut.
La reunión se han planteado en tres horarios, repartiendo todos los ayuntamientos, en tres reuniones diferentes, pero con el mismo contenido y fondo, a las 10 horas, a las 11 horas, y a las 12 horas, esta última con los ayuntamientos de Manacor, Alcúdia, Inca, Marratxí, Calvià y Llucmajor.
A pesar que en las islas no se ha detectado que haya habido un rebrote importante, se han endurecido las restricciones, apoyándose según el Govern, en las declaraciones de los epidemiólogos, que advierten que podría haber un problema con la relajación social en la mayoría de la población en Baleares. Se ha pedido desde la consejería de Salud minimizar los eventos sociales, y reducir en la medida de los posible la celebración de fiestas y cenas de carácter personal, una acción que no pueden controlar, ya que es personal de cada ciudadano, pero que aconsejan, y prevén necesaria.
Ya ayer, la presidenta se reunió con los diferentes consejeros de las islas y del Ayuntamiento de Palma para proponer nuevas medidas y tratar la que puede ser una de las grandes pandemias del siglo XXI, que por lo menos ya nos está afectando social y económicamente en gran medida, con más repercusión que en otros países de la Unión Europea y que aún se espera tardemos en controlar definitivamente.
Entre otras medidas y restricciones se ha anunciado algunas como limitar a diez personas el número máximo en las reuniones sociales, e imponer como obligatoria el uso de la mascarilla en los centros cerrados de trabajo. Medidas que ya habían sido adoptadas por otras comunidades, y que parece se antojan necesarias para encarar la nueva normalidad que se vaticina para lo que queda de año, teniendo presente que no se prevé que pueda durar poco.
Algunos expertos están hablando ya de que la llegada de las primeras vacunas, o la comercialización de estas puede no ser una solución viable, y mucho menos el fin de esta nueva normalidad en la que estamos implicados todos y que nos va a afectar en gran medida, principalmente económicamente, pero también socialmente, y en gran medida también a la educación. Incluso se está hablando de que podría haber una generación que haya perdido un año entero de educación, lo que se verá reflejado en su preparación y en su futuro.