El Ayuntamiento de Albacete lleva varias semanas centrado en diseñar un protocolo idóneo y seguro para poder abrir de nuevo sus sedes, de forma que los trabajadores puedan regresar a sus puestos respectivos que, según el Gobierno, sucederá a finales del presente mes de mayo.
La medida principal ha sido la adquisición de múltiples tests que irán haciéndose de forma gradual a los empleados, empezando por los más expuestos hasta completar la totalidad de plantilla. La idea es crear un ambiente de total seguridad en el ayuntamiento para que se pueda reactivar todos los procesos laborales que allí se ejecutan a diario.
Se seguirá abogando por el teletrabajo para los puestos que lo permitan y que no requieran de atención al público, y se intentará identificar a los colectivos más vulnerables según las directrices dadas por el Ministerio de Sanidad para que tampoco tengan que acudir de forma presencial a trabajar. En este último grupo se contempla a quienes padezcan enfermedades como el cáncer, la diabetes o afecciones pulmonares, así como quienes estén en gestación. Se trata de proteger a quienes tienen menos defensas frente al contagioso virus.
Por otro lado, se sustituirá el sistema de control de la jornada horaria hasta ahora vigente consistente en un terminal sobre el que cada trabajador marcaba sus entradas y salidas con la huella del dedo. Debido a que este proceso ahora implica una ruptura del sistema de seguridad sanitaria, se abogará porque cada empleado pueda fichar desde sus ordenadores o incluso desde el móvil mediante una aplicación para tal labor.
Manual de buenas prácticas
Todas estas normas han quedado reflejadas en un manual de las buenas prácticas donde han expuesto, punto a punto, las medidas:
- Mantener distancia de seguridad
- Medidas de higiene personal y -sobre todo- con las manos
- Higienización de zonas comunes (pasillos, ascensores)
- Limpieza de filtros de aire semanal
- Incremento de la ventilación de las áreas comunes
También se hace un inciso en el uso de los vehículos oficiales del propio ayuntamiento, sobre los que se define que se deberán desinfectar acorde a lo que impone el Ministerio de Sanidad, respetando también el número máximo de pasajeros y la distribución que pueden tener en su interior, que actualmente define que pueden ser dos ocupantes por cada fila y estando siempre equipados con mascarilla.
El acceso y la salida del ayuntamiento se han separado, de forma que ambos grupos no puedan confluir. Habrá un acceso de entrada y un arco de salida, ambos independientes.
Los ascensores, al ser un habitáculo estrecho y cerrado, se ajustarán a varias medidas preventivas de buen uso. Por ejemplo, se fomentará que se usen las escaleras para subir o bajar uno o dos pisos, o para las personas más jóvenes.
Los puestos de trabajo contarán con medidas de seguridad individuales, como barreras y mamparas protectoras para los trabajadores más expuestos, y manteniendo siempre la prerrogativa imperante de mantener la distancia de 2 metros de distancia entre cada empleado y el público.
Iniciativas como estas de control de contagios y prevención son una medida ejemplar que, por fortuna, ya son muchos ayuntamientos los que las están siguiendo.