Estamos en el mes de Septiembre y por todos es sabido que este es el mes en el que prácticamente todo el mundo vuelve a su cotidianidad, en la que nos sumergimos en un tornado de horarios, colegios y trabajos. En algunas ciudades grandes esto implica grandes embotellamientos que pueden durar incluso horas, causados por miles de personas que intentan fluir por estas urbes. Es el caso de ciudades españolas como Madrid, Barcelona, Valencia y Vitoria, en las que en estos últimos días los índices de polución ambiental se han desorbitado.
Los cientos de personas haciendo sus quehaceres del día a día y la situación anticiclónica que ha experimentado el territorio peninsular en estos últimos días de verano, ha provocado que la calidad del aire de estas ciudades marque índices de contaminación atmosférica fuera de lo normal. Las estaciones de medición de la Calidad del Aire han detectado un incremento de las sustancias contaminantes provenientes de los vehículos (y muchas más fuentes contaminantes) que transportan a las personas a sus destinos cotidianos.
Estas ciudades ya han puesto de su parte anteriormente para poder luchar contra esta situación que no beneficia a nadie. Uno de estos casos es el de Madrid, en donde su ayuntamiento ha ideado varias fórmulas para que todos los ciudadanos madrileños las acaten y así entre todos hacer de la gran capital un lugar mejor y más sano para vivir. Su objetivo es reducir un 25% la contaminación atmosférica para 2020. Tiene una totalidad de 30 medidas entre las cuales se encontraran restricciones de tráfico y prohibición de circular para los vehículos más contaminantes. Todo esto combinado con la mejora del transporte público y construcción de nuevos aparcamientos intermodales.
En el ayuntamiento de Barcelona también están concienciados sobre este preocupante tema, realizando planes y medidas similares a las de Madrid. Una de las soluciones que es factor común es la promoción del transporte público. Esta solución acarrea los beneficios de centralizar a la mayor parte de la población en unos pocos vehículos que se dirijan a los lugares más concurridos, reduciendo así la cantidad de vehículos privados y por supuesto las fuentes de emisión de gases nocivos.
Valencia y Vitoria también tienen sus planes de lucha contra estos índices. Hay que tener en cuenta que este es el aire que respiramos y que tenemos que tomar medidas ante este crecimiento nocivo para nuestra salud y la de los nuestros. Reducir los índices de contaminación atmosférica está en manos de todos y de todos es la responsabilidad de dejar a las generaciones venideras un buen planeta en el que vivir. La utilización más regular de transporte público y de vehículos que no contaminen o que contaminen menos, tiene que instaurarse en la sociedad actual para que los índices de calidad del aire que actualmente son malos, se mejoren de forma considerable. Los ayuntamientos deben poner medidas frente a ello pero es nuestra la actitud de concienciarnos y actuar ante esta mala consecuencia.