Publicado el 19 de noviembre de 2020



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Más municipios de la comunidad valenciana cambian su topónimo oficial para que sea solo en valenciano

Muchos municipios de determinadas comunidades autónomas responden a dos denominaciones, la castellana y la de su dialecto propio. Si bien esto ha sido así durante muchos años, varias comunidades autónomas están dando un paso al frente para exiliar el topónimo oficial en castellano para asentar como único el de su propio idioma.

Los primeros municipios en actuar han sido valencianos, concretamente Valencia y Castellón, que han pasado a llamarse València y Castelló, respectivamente. En ese mismo sentido, Villajoyosa presentará la propuesta en el plano del Ayuntamiento hoy 19 de noviembre, adivinándose los votos a favor de la mayoría.

Otros municipios de la comunidad valenciana, sin embargo, se muestran acordes a mantener ambas denominaciones como símbolo de riqueza cultural, como es el caso de:

  • Alicante (Alicant en valenciano)
  • Burriana (Borriana)
  • Sagunto (Sagunt)
  • Alcoy (Alcoi)
  • Elche (Elx)
  • Benicasim (Benicàssim)
  • Peñíscola (Peniscola)

La suma total de estos municipios contrarios a desterrar el castellano de su nombre es treinta.

Por contrario, también está el grupo de localidades que prefieren ser llamadas solo por su nombre en castellano, al menos de forma oficial, como el municipio de Hondón de los Frailes, en la provincia de Alicante.

¿Qué se requiere para estipular este cambio de nombre?

El proceso para cambiar un topónimo se encarrila independientemente de cualquier partido político, ideología o manifiesto, pues los casos que están sucediendo ocurren en ayuntamientos de variable signo político.

Según los estatutos vigentes, el trámite se inicia por parte del Ayuntamiento, que tiene que aprobar la petición instaurando una mayoría absoluta en el pleno. Luego, la propuesta debe presentarse al órgano regulador autonómico que será quien deba legalizar de forma oficial el acto, refrendando un decreto autonómico. Si hay algún impedimento en forma de recurso, se desviará la solicitud a los tribunales oportunos que deberán fallar a favor o en contra tras analizarla.

Así, como ejemplo práctico, la petición de llamarse València y no Valencia que presentó la capital levantina, tuvo un rechazo unánime por parte del Partido Popular, quien alegó determinados puntos en contra. Al final, el proceso recayó sobre el Tribunal Superior de la Comunidad Valenciana (TSJCV), que se decantó por rechazarla y habilitar que la denominación exclusiva en valenciano prosperara.

Según las solicitudes analizadas por la Academia Valencia de la Lengua, la mayoría de los municipios que mantienen el nombre en castellano están ubicados en la zona interior de la provincia de Valencia y en el sur de Alicante, coincidiendo con el hecho que los habitantes de allí hablan dicha lengua de forma oficial. No en vano, si bien un total de 396 municipios de la Comunidad de Valencia apadrinan al valenciano como su lengua oficial, 146 lo hacen con el castellano.

Este cambio de topónimo también lleva años acaeciendo en otras comunidades autónomas tales a Galicia, País Vasco o Cataluña, donde cada vez, se impone más que su ciudad sea llamada como su dialecto (o lengua oficiosa) manda y no como estipula el castellano nacional.

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