Publicado el 14 de julio de 2016



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Ayuntamientos de Castellón invertirán 3,6 millones de euros en planes del turismo

La Diputación de Castellón, la Generalitat Valenciana y ayuntamientos de la provincia de Castellón invertirán el total de 3,6 millones de euros para el desarrollo de planes relacionados con el turismo en esta provincia.

De hecho, se trata de una provincia que vive del turismo gracias a sus playas y la cantidad de restaurantes y hoteles que ofrece en todos los meses del año. De esta manera, el Gobierno provincial aportará un total de 400.000 euros durante tres anualidades a las mancomunidades de Espadán Mijares, Els Ports, Alto Palancia, así como a la Asociación Intermunicipal de Culla, Catí, Benassal y Ares. La otra parte será financiada por los ayuntamientos.

Además el interior de la provincia de Castellón vive tambien momentos destacados gracias a las casas rurales del lugar. Desde los agentes protagonistas establecen que estos planes incentivan la oferta turística y también para que muchos pueblos encuentren una posibilidad para que más gente joven decida quedarse a vivir en ellos.

Han explicado que el Consell ha articulado diez planes de esta naturaleza en la Comunitat Valenciana, y cuatro pertenecen a la provincia de Castellón. Desde la diputación se ha informado de la nueva Ley de Turismo, que podría estar en 2017. En esta, la figura del festival FIB será destacada como producto turístico estratégico para el interés general de la Comunitat Valenciana.

La misma diputación ha señalado, además, que el Brexit no ‘perturba’ ninguna ventaja competitiva que no tuviese antes España y la Comunitat Valenciana’. Así, comentan que siguen siendo una referencia para el mercado emisor británico y que no salen perdiendo respecto a destinos competidores porque siguen siendo inseguros.

De todas maneras, desde la diputación y los departamentos de turismo correspondientes, son prudentes respecto a lo que pasará más adelante y que se está pendiente de ver cómo evoluciona el tema. Pero han reconocido que la pérdida de poder adquisitivo de los británicos al devaluarse la libra va a condicionar su capacidad de gasto.

 

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